
Crear un hábito complejo es como hacer un buen café, puedes hacerlo tan sencillo o complejo como quieras, pero necesitas conocer exactamente qué cantidad de ingredientes vas a utilizar.
Anteriormente en el blog he hablado de Los 3 pilares para crear hábitos, que eran elementos en los que deberías concentrarte en cada etapa de la creación de un hábito. Hoy trataremos esa etapa inicial; la acción y averiguaremos cuáles son los elementos que tienen que ver con este pilar.
Los ingredientes necesarios para tomar acción y empezar a crear hábitos son:
- La energía necesaria
- Tu fuerza de voluntad
Veamos como juegan estos ingredientes.
La energía necesaria

La razón por la que nuestro cerebro crea hábitos es porque es un ahorrador de energía por naturaleza, ya que en la antigüedad siempre debíamos tener energía disponible por si en algún momento repentino había que pelear o escapar de algún depredador.
Si tuviéramos que pensar todo el tiempo en lo que tenemos qué hacer y cómo hacerlo, esto sería un gasto constante de energía por la alta concentración que requiere, nuestro cerebro encontró una solución a esto y por eso se crean los hábitos. Un hábito requiere poca energía a nivel mental porque ya sabes como hacerlo automáticamente y a nivel físico porque ya estas acostumbrado a dicha actividad.
Entonces, pensando que vas a crear un hábito, debemos tener en cuenta que este te va a exigir mucha energía al principio, tanto física como mental, pero esto en sí mismo no es un problema.
El problema viene cuando entra en juego el siguiente ingrediente:
La fuerza de voluntad

La fuerza de voluntad es ese músculo (metafóricamente hablando) que nos ayuda a tener disciplina, a ponernos a hacer las cosas aunque no queramos y a movernos de manera casi automática. Pero esta fuerza de voluntad efectivamente es como un músculo que debe ser entrenado.
Y si quieres empezar una nueva actividad para crear un hábito, tu fuerza de voluntad para este hábito en concreto va a ser mínima. Aquí es donde tenemos el problema.
El problema

Al principio para crear un hábito necesitas muchísima energía tanto física como mental, pero tu fuerza de voluntad para esa actividad es mínima, ya que nunca la has puesto en práctica por lo tanto no la has podido entrenar. Es por esta razón que es tan difícil crear hábitos complejos. Porque te exige tanta energía que simplemente no puedes con la actividad nueva.
La solución

La clave está en jugar con estos dos ingredientes, la energía necesaria y la fuerza de voluntad para buscar un punto medio. En otras palabras, para empezar a crear el hábito tienes que ponerte a pensar:
¿Cuál es el primer y más pequeño paso que puedo dar ahora mismo?
El ponerte a pensar en la manera más sencilla de comenzar hará que la energía que requiere crear el hábito disminuya notablemente. Por ejemplo:
- Si quieres comenzar a hacer ejercicio: Prueba hacerlo solo durante dos minutos al día.
- Si quieres leer más: Prueba leer solo un párrafo al día.
- Si quieres comer más saludable: En lugar de hacer una dieta muy estricta acostúmbrate a comer una fruta o una verdura al día.
Estas acciones pueden parecer insignificantes, pero recuerda que buscamos algo que no nos quite mucha energía y a su vez, con una práctica constante, vas a ir entrenando tu fuerza de voluntad por lo que poco a poco podrás ir aumentando la dificultad pero ya con un músculo mucho más entrenado que esté preparado para esos retos.
Conclusiones
Recuerda que esto es como hacer un buen café, si te pasas de leche, el sabor podría perderse, si no le echas el suficiente grano, pues sabrá a pura agua y si no dejas calentar el agua lo suficiente, olvídate de probar algo rico.
Lo mismo con los hábitos, si empiezas con algo muy difícil, te cansarás muy pronto y lo dejarás, si no te exiges aunque sea un poco, tu fuerza de voluntad nunca relucirá y si no le das tiempo al proceso, crear hábitos seguirá siendo difícil.